AGRADESCO SU ATENSION” (sic)
“Contemplar todas las obscuridades con los ojos iluminados”.
Kanzantzakis
“Soy profecionista en busca de empleo. AgradeserIa que por fabor tomara en cuenta mis antesedentes para cualquier bacante. Gracias por la atensión que sirba prestarme”.
Nueva ola de desempleo se puede pronosticar en Monterrey, en el país entero.
Después de dos años en calma, de una estabilidad laboral, parece que una vez más empezarán tiempos difíciles.
Algunos negocios como el de la selección de personal se convierten en sismógrafos que “avisan”, antes que a nadie, si la situación del país va a ponerse mal.
Tengo 20 años de experiencia en reclutamiento de ejecutivos y he visto pasar ante mis ojos miles de candidatos buscando empleo, pidiendo una oportunidad.
Antes de 1998 recibía sólo en mi cuenta personal de correo un promedio de 40 currícula diariamente. Sin embargo, en los últimos años la situación mejoró primero para el área de sistemas y luego para casi todas las profesiones, por lo que el promedio de currícula recibida bajó hasta en un 40%.
Pero la tranquilidad duró poco ya que desde finales del mes de febrero a la fecha nuevamente el incremento de recepción de información curricular ha sido alto y va en crecimiento vertiginoso, a pesar de que no ha empezado, según nuestro presidente, ninguna crisis en el país.
En mi experiencia he visto cómo cuando los empleados salen por las puertas y ventanas de las empresas, la psicosis entra por todos los rincones de los hogares.
Todos y todas, tanto los que tienen sus puestos seguros, como quienes sienten pasos, empiezan a mandar su información a cuanto conocido tienen, a cuanta persona les recomiendan. Acuden a entrevistas sin ton ni son, consultan bolsas de trabajo, dan de alta sus datos.
Quienes están a disgusto o inseguros de conservar sus empleos buscan opciones con mayor ahínco para hacer el cambio antes de que el mercado se sature. Aún consiguiéndolo la angustia no desaparece porque saben que, si las cosas siguen mal, podrían ser los primeros en ser reajustados.
En cambio los que están satisfechos, deseosos de seguir siendo parte de alguna compañía, no dejan de buscar opciones, pero en realidad parecen estar agarrados con uñas y dientes de sus escritorios, mientras desdeñan cuanta oferta les llega y ruegan para que nada cambie en sus vidas laborales.
Los más amolados serán entonces los recién egresados y por supuesto, aquellos que no han hecho mucho por superarse.
El ser humano busca quizá irracionalmente y sin reflexión, certeza en su vida. Por esto enfoca gran parte de su energía a intentar tomar el control sobre ésta. La rigidez, disciplina, y la rutina del día con día, –que muchas veces guía a la monotonía y al hastío– pueden ser una buena forma de alcanzarla parcialmente.
Sin embargo, intentar tener seguridad en todas las cosas y las situaciones, sólo puede llevar a que las personas se aflijan, estresen y tomen decisiones equívocas.
Tener una fuerte necesidad de control impide ver la realidad como es, de múltiples maneras y dimensiones, y provoca una fuerte dependencia a diversas circunstancias y personas. Esto es esclavizante para el ser humano y peor es, que no se da cuenta de ello.
Algunos pueden pensar que buscar el desapego requiere de sangre fría, de ausencia de deseos, cuando en realidad lo único que implica es querer eliminar de nuestras vidas el miedo a perder algo, lo que llevará a un proceso de liberación interior.
No es conveniente aferrarse a cosas que en definitiva no se pueden retener o controlar, como la muerte, el rechazo, la indiferencia o un cambio de fortuna.
Marilyn Ferguson en su libro llamado La Conspiración de Acuario dice que “el desapego es la actitud más realista que podemos tener. Consiste en liberarse de andar siempre pensando en lo que desearíamos, de andar siempre queriendo que las cosas fuesen de otro modo.”
La incertidumbre aunque asusta o lastima, no es otra cosa más que una condición para alcanzar la libertad, es uno de los mejores medios para convertir el terrero interior en sitio fértil para la creatividad.
“El reconocimiento y aceptación de la propia incertidumbre nos anima a experimentar, y son las experiencias las que nos transforman”, agrega Ferguson.
Comprendo que no tener empleo es angustiante para cualquiera.
El trabajo abastece no sólo de ingreso para cumplir con los compromisos económicos familiares. También es fuente que provee de confianza en las capacidades, de la grata sensación de sentirse útil, productivo, valioso. Es decir, brinda una buena dosis de seguridad y estima personal.
Pero no tener empleo es una situación que podría utilizarse, como se aprovecha la noche mientras llega la luz del día.
Habría que buscar caminos para reflexionar, cambiar la rutina, mejorar la calidad de vida, convertirse en seres más cotizables, codiciables y por lo mismo, contratables.
La frase con que inicio este artículo no es invento mío, ni siquiera una excepción de los textos que recibo. Pertenece a docenas de mensajes enviados incluso por egresados de las mejores instituciones educativas del país.
Errores de ortografía de esta magnitud en quienes poseen estudios profesionales son imperdonables. Más aún, porque los mensajes se reciben vía e–mial, lo que significa que son personas que tienen acceso a computadoras y saben por lo mismo, que cualquier procesador de palabras corregiría casi todos sus desaciertos. Esto habla no solamente de su dificultad para utilizar el lenguaje escrito, sino también, de la falta de interés por superarse, por causar una buena impresión; habla de un descuido vergonzoso, de una dejadez personal.
Conozco directores generales de grupos corporativos que tienen pésima ortografía, pero ellos vivieron en una época distinta y con muchas menos oportunidades a su alcance.
Para quienes no dominan el inglés, la ortografía, el uso de una computadora, para los que no han tomado un curso de capacitación en años, la ausencia de un empleo puede ser una excelente oportunidad para actualizarse. La falta de ingresos no es excusa para intentarlo porque existen alternativas gratuitas o de bajos costos.
Pudiera pensarse también en intentar ese negocio que siempre se ha soñado, en dar clases, en hacer servicios privados. Simplemente en convivir auténticamente con la familia o darse un breve espacio para descansar, ingresar a terapia, a una maestría o bien, ocuparse de sí mismos.
Si el aspecto económico es apremiante, se podría ensayar ser creativo y contratarse en áreas distintas a la que anhelan, mientras logran salir del bache en que se encuentran.
“Los medios son los fines. El destino es el viaje. Cuando la vida se convierte en proceso, desaparecen las viejas distinciones entre ganar y perder, entre éxito y fracaso”, señala Ferguson. Por eso como dice Kanzantzakis, es importante que aprendamos a “contemplar todas las obscuridades, con los ojos iluminados”.
grios@assesor.com.mx