DESPERTAR ES
Quisiera compartir con ustedes mis experiencias en relación al libro Despertares, y a su autora, Josefina Leroux.
Hablar de mis vivencias me incapacita para poseer la objetividad que se alcanza cuando se ven las cosas “desde afuera”. Por el contrario, en esta ocasión yo solo puedo hablar “desde adentro”, específicamente, desde mi corazón. Espero que confiarles lo que he tenido el privilegio de vivir, no le reste valía a mis palabras.
Cuando le pregunté a Josefina si había publicado algún libro, me dijo: “A veces pienso que ya llegará el momento. Si no cuando viva, a lo mejor cuando muera, a alguien le interese recopilar los artículos que más han gustado”.
¡No me digas eso!, –le respondí–, hay que hacer algo en vida. Yo te ayudo. El momento no va a llegar, tenemos que hacer que llegue.
El 7 de Febrero pasado, hicimos que llegara por fin ese momento.
Cuando me preguntan por qué me comprometí a colaborar con ella, la respuesta es fácil pero no es sencilla de explicar.
Supongo que como la mayoría, soy una sobreviviente de los avatares del destino.
Hace poco descubrí que vivir la vida con calidad y bienestar es un arte. Un arte que no se enseña en la cotidianeidad y no se adquiere de manera empírica.
Se requiere, de personas sabias, muchas, que nos enseñen el arte de vivir.
Contrario a esto, existen pocas, Josefina es una de ellas. Por fortuna decidió poner al servicio de los demás, a través de sus aportaciones en el periódico, sus conocimientos, su inteligencia y su talento.
Y a pesar del estupor que conmocionaba a tantos, el empeño de Josefina por romper tabúes y desmitificar creencias sobre la sexualidad y la vida misma. Del asombro por su insistente compromiso por crear cultura sobre la salud sexual. De la turbación de miles que encontraban en un espacio impreso, de difusión masiva, escritas las palabras: genitales”, “eyaculación”, “coito”, en aquellos lugares en que antes se escribían frases como, “las partes”, “el pajarito” o “su cosita”.
A pesar de todo esto, alentada por la valentía de Josefina, la gente no pudo seguir ignorando, ni reprimiendo, la ebullición de sus inquietudes y temores, y no estuvo dispuesta a seguir padeciendo sus angustias en silencio.
Así dio inicio el diálogo inagotable, fértil, entre Josefina y sus lectores. Una complicidad que nació entre ella y ellos, en la que el acuerdo tácito, ha sido la sinceridad, el respeto y la mutua admiración.
Pero revelar el cajón de los secretos, reconocer las heridas que nos dañan, mostrarse vulnerable, no se logra por eventualidad, ni contingencia.
Es que abrir el corazón, mostrar la desnudez del alma, requiere condiciones.
Se precisa un estado de confianza. Se hace indispensable la certeza de estar depositando nuestra fragilidad, en manos expertas, cuidadosas, cálidas.
Se requiere garantía de encontrar firmeza para que nos impulse a promover el logro de las soluciones, pero con una mezcla de ternura y sensibilidad, que nos permita convalecer de las heridas.
Josefina Leroux ofrece todo esto. Y posee además, la magia de tocar las almas y habitar en ellas.
A mi juicio, Josefina ha resignifcado el oficio del psicólogo y profesionalizado la sexualidad.
Sin embargo, su verdadera profesión es ofrecer a través de su creatividad y sus talentos, bálsamos y polvos mágicos, que alivian o mitigan la desventura y las aflicciones, de quienes entran en contacto con ella. Somos muchos los que lo hemos vivido en carne y alma propia.
Por todo esto, me parecía inaceptable que la riqueza de su entrega, no pudiera conservarse de una manera más palpable, menos fugaz.
Así fue como empezamos el proyecto. Los primeros meses del trabajo consistieron en leer todas las preguntas y respuestas, y todos los artículos de opinión que Josefina ha publicado por más de década y media. Me refiero a poco más de 5,000 preguntas y 800 especiales de Diván.
Leerlos, sí, pero también clasificarlos según las diversas etapas de la vida, por tema, género, edades, inquietudes...
Cada uno de estos textos, se convirtió entonces, en una pieza de rompecabezas.
Piezas todas ellas, que habrían de armarse para conformar una sola historia de vida.
Historia que contiene el despertar hacia la existencia misma, hacia las relaciones con los otros, hacia el amor de pareja, la vivencia de la sexualidad y el erotismo y, por supuesto, hacia la imperiosa necesidad de auto trascendencia.
Historia que muestra la inevitable metamorfosis de la autora y sus lectores, en un proceso que a pesar del vaivén en el que fluctúa el amor y el desamor, la dicha y el quebranto, guía los pasos hacia la búsqueda de la madurez, y hacia un intento por convertirse en personas más humanas, conscientes y generosas.
Pero a diferencia de la historia de vida de usted o de la mía, ésta, está entretejida por el aliento, la substancia, el espíritu, de una comunidad entera. Ésta posee la fuerza y la diversidad de la colectividad.
Es por esto que en la lectura de Despertares nos vemos reflejados todos, nos encontramos allí mismo, inmersos en una problemática similar, buscando quizá el mismo consuelo, de aquel que algún día, temeroso y esperanzado, le escribió a Josefina.
No es extraño por tanto, sentir que algunas de las preguntas, pudieron haber sido escritas por nosotros mismos.
Despertares es una aventura fascinante. Es un libro que habla de afectos, pasiones, quebrantos y desalientos. Contiene apartados sobre las trampas del amor, la infidelidad, los celos, las dudas sobre la virginidad, la masturbación y las disfunciones sexuales.
Abarca las angustias que provoca la violencia, la homosexualidad, la depresión y la posibilidad de contagio, de alguna enfermedad de transmisión sexual.
Sin embargo, promueve la autoestima, invita al autoconocimiento, a experimentar la vivencia de una intimidad emocional, intelectual, afectiva y sexual, más responsable y por lo tanto, más plena.
Despertares es un sueño puesto en acto. Pero el sueño no consiste en tener un paquete de hojas ordenadas, sujetas por pastas elegantes, con el nombre de su autora en la portada. El sueño va más allá de ello.
Consiste en poner al alcance de las manos y de los ojos de los jóvenes, y de quienes quieran comprenderlos, una posibilidad que enseña a vivir la vida de una forma menos dolorosa. Reside en colaborar para que logren mayor consciencia en la elección de pareja, y para que éstas, aprendan a convivir en la tolerancia y la aceptación incondicional.
Despertares debería desde mi perspectiva, convertirse en un libro de texto escolar obligatorio. Que aunque le quitaría el sabor de lo prohibido, ofrecería un recurso que pudiera contribuir a que miles de jóvenes alcanzaran una mayor salud sexual y mental, que les permitiría la posibilidad de apoderarse de sí mismos, y de alcanzar bienestar y calidad de vida, para obtener con ello, en su peregrinar por el camino, destellos más intensos de felicidad.
El momento no va a llegar, quizá entre todos, tendríamos que hacer que sucediera.
grios@assesor.com.mx