PIERDEN MILLONES / MALAS CONTRATACIONES
Pocas son las estadísticas confiables que tenemos en México y cuando las tenemos, no les hacemos el caso que deberíamos.
Se sabe a ciencia cierta, por ejemplo, que el 75% de las empresas del país padecen por lo menos un fraude al año. Se conoce también que el 77% de los fraudes son internos y se cometen con la colaboración de empleados, clientes o proveedores. Además, es de dominio público que uno de los grandes problemas de los fraudes es que se descubren demasiado tarde. El 41% de las empresas tardan en promedio 6 meses para darse cuenta pero el restante 59%, oscila entre el año y los dos años para enterarse (La Encuesta de Fraude en México 2010)
KPMG, una de las firmas más prestigiadas en México de asesoría en auditoria e impuestos, señala que cuando las empresas deciden reducir sus gastos no siempre lo hacen de manera apropiada ni planeada, provocando graves consecuencias en sus patrimonios, ya que muchas veces ponen en riesgo sus mecanismos de control interno. Si las empresas reducen su capacidad para prevenir y detectar irregularidades, esto eventualmente podría convertirse en un fraude.
Por ejemplo, contratar personal sin el auxilio de profesionales y sin un proceso de selección confiable y objetivo; no brindar programas de capacitación y entrenamiento en materia de valores y ética del negocio; reducir personal; no hacer auditorías de control ajenas a quienes están involucrados con los procesos internos; descuidar equipo de vigilancia; relajar controles en compras, en entradas y salidas de mercancía; concentrar en pocas personas funciones vitales de control como autorización de pagos, emisión de cheques, transferencias bancarias; entre otras variables, provoca vulnerabilidad en las empresas a sufrir un gran fraude y más en época de crisis.
A pesar de toda estadística, de los hechos, de la realidad, en México sólo el 30% de las empresas cuenta con programas de prevención. Esto demuestra que los mexicanos siguen pensando ilusamente que son infalibles, que a ellos no les va a pasar nada y que su gente es de confianza.
Los dueños de negocio creen que como a su juicio, ellos sí pagan bien y sí tratan de manera inmejorable a sus empleados, eso será suficiente para controlar en ellos el impulso al fraude.
Nada más falso. La prueba es que, repito, el 75% de las empresas sufren al menos un fraude al año. ¿Por qué la suya no formará parte de éstas?
grios@assesor.com.mx